El amor se presenta en todas formas, colores y sabores; sin embargo, lo rico es darle variedad al asunto y evitar que el sexo con tu pareja caiga en la monotonía.
Encender la llama de la pasión, de maneras inesperadas, es todo un placer. Así que, ve acomodándote y toma nota porque esto te va a encantar:
El arte del petting o la práctica de “acariciar” es de las favoritas en las parejas que desean disfrutarse plenamente. Básicamente se trata de hacer vibrar a tu pareja sin recurrir al sexo tradicional ni enfocarse a la penetración.
Se piensa que todo el mundo sabe cómo acariciar, pero, la gracia reside en conocer lugares estratégicos y la intensidad adecuada para llevar a tu pareja al verdadero éxtasis.
1. Cuello. Deslizar la punta de tus dedos a lo largo del cuello de tu pareja puede ser una excelente manera de comenzar a ponerle calor a las cosas. Puedes aprovechar para decirle palabritas al oído y ver cómo se le va erizando la piel. Puedes comenzar con suaves movimientos ascendentes justo desde la base de la nuca hasta la clavícula.
2. Brazos. Créelo o no, los brazos son una zona que, si sabes cómo trabajarla, puede darte gran placer. Aquí el chiste es olvidarte del toque brusco, y tocar suavemente de arriba hacia abajo, puedes ayudarte de un poco de aceite o loción para masajes para facilitar el movimiento. Tu pareja disfrutará especialmente de un suave masaje en los antebrazos y muñecas, y morirá por abrazarte.
3. Espalda. Acariciar la espalda de tu pareja puede ser todo un sueño. Además de que se trata de algo sumamente rico; la cercanía de sus cuerpos fomenta el vínculo, haciendo que se sientan más cerca que nunca. Y, la verdad sea dicha, nada más gozoso que un buen masajito por toda la espalda.
4. Piernas. Estas extremidades pueden ser todo un parque de diversiones cuando de dar caricias se trata. Las partes más sensibles: Muslos, ingles y pantorrillas. Intenta juguetear con toques ligeros sobre estas regiones, y si andas con ganas de improvisar, puedes intentar con la lengua.
5. Nalgas. Y justo donde terminan las ricas piernas, nuestras manos pueden encontrar un mordisqueable paraíso en donde las caricias serán siempre más que bien recibidas. En este caso, la sugerencia es acariciar a manos llenas, apretar un poco, morder si andas con antojo caníbal. Tanto tú, como tu compañía lo van a disfrutar en grande.
Disfrutar al lado de una persona, hasta que el cuerpo les arda de ganas y alcance el cielo, puede ser una experiencia inolvidable si por una vez al menos, intentan descubrir sus cuerpos a base de caricias. Recuerda que en el sexo, no todo se trata de meter y sacar. Échale ganitas, pon en práctica estos consejitos y cuéntanos qué tal te fue.